
Recuerdo aquel día perfectamente, era 8 de Abril de 2010 en la presentación de Conquista tu felicidad en Barcelona. Solo pude dormir dos horas aquella noche, estaba emocionada, era la presentación de mi primer libro en la hoy ya desaparecida librería Excellence de Barcelona.
Me acompañaba mi hermano Juan Antonio en el estrado, que me había escrito el prólogo. Y allí estaban también entre el público el resto de mis familiares y de amigos y amigas, creo que no faltó nadie, me sentía bendecida.
Me dijeron que solo se me vio nerviosa durante unos minutos, después mis ojos relucían, era la misma estampa de la felicidad. Yo sentí como si todo el mundo desapareciese, la sala estaba llena a rebosar y todo fluía de mí con una facilidad increíble. Me sentía inmensamente feliz, sabía en mi interior que esa era mi misión de vida, había nacido para comunicar estas cosas a los demás. Sabía que podía y que quería hacer esto el resto de mi vida.
Sin embargo, en la vida las cosas no son cuando nosotros queremos, la paciencia es una de las lecciones importantes que me ha tocado aprender todos estos años.
Al bajar de aquel estrado, la dura realidad. Al descender el escalón regresé durante muchos años a una vida que no deseaba: a sufrir maltrato psicológico en trabajos que no significaban nada para mí, al agujero interior de soledad que me había dejado el naufragio de mi relación más importante, al miedo a no poder pagar mis deudas económicas, a no tener trabajo, a sentirme invisible, ninguneada y no valorada en muchas esferas de mi vida.
Mi realidad interior más pura, mi esencia estaba completa y brilló aquel día durante la presentación de mi primer libro.
Pero había otra Maite que aún se sentía incompleta, llena de miedos y con un largo trecho aún por recorrer en el cual debería aprender a abrazarlos uno a uno.
La nueva Maite no es solo un cambio de imagen, unas fotos nuevas y un nuevo contenido. El cambio es mucho más profundo.
La Maite que ha surgido de sus cenizas ya no tiene miedo a no tener dinero, trabajo, amor, aceptación, éxito. La soledad me ha dado todas esas cosas, me siento fuerte y siento que nada me falta.
A nivel externo puede que algunas cosas aún no se hayan manifestado, pero tengo lo más importante: me tengo a mí y ese es el amor y el éxito más grande, no me cabe duda.
Quizás también el que más cuesta conseguir. Como decía Whitney Houston en su canción, el amor más grande sucede dentro de uno mismo.
Me siento bendecida de haber llegado hasta aquí.
Doy gracias infinitas por todos y cada uno de mis pasos. Nada ha sido en vano, todo me ha enseñado a ser quien soy.
Con cariño,
Es verdad que cuando el alumno está preparado aparece el maestro. Tú has sido mi maestra en este camino hacia mi ser interior, enseñándome lecciones como respirar conscientemente, a aquietar mi mente, a sonreír, a estar presente aquí y ahora y a plantar semillas kármicas, entre otras. Siempre hay cosas que aprender y contigo ha sido fácil asimilarlo.
Gracias por tu generosidad en querer compartir tus valores y conocimientos e ir plantando semillas, que en mi caso han florecido como en un jardín en primavera. Siempre te estaré agradecida, continua ” plantando” que el universo se encarga de regar.
Te quiero y siempre formarás parte de mi vida.
Mi experiencia es igual de satisfactoria; inicialmente fue la curiosidad la que me hizo acudir a las sesiones, luego fue la sensación de bienestar residual que te deja Maite cuando terminas.
Estoy aprendiendo a vivir tiempo a tiempo, disfrutando este minuto e intentando no pensar en el siguiente. Con ello he conseguido ser un poco más feliz, por la sensación que tengo de hacer las cosas mejor y adoptar una postura más “zen” delante de las situaciones del día a día, ya sea en el trabajo o fuera de él.
Personalmente estoy muy agradecida a Maite y al Mindfulness, por la nueva visión de la vida que me está enseñando!”
Excelente experiencia para replantear la vida y vivirla, disfrutar cada momento y darle valor, ser feliz.
Es sencillo vivir el momento presente plenamente, es difícil dejar de vivir en la mente y los pensamientos, solo obsérvalos y no hagas nada.
Gracias Maite por enseñarme el camino.
Mi experiencia tras hacer el coaching con Maite ha sido excelente, extraordinaria.
Maite me preguntó: si no consiguieras “esto” que te propones ¿dejarías de ser feliz? Y la respuesta fue rotundamente No. Estoy agradecida por lo que tengo aquí y ahora. Para mí, llegar a comprender esto ha sido lo más beneficioso, así como cada día disfrutar de momentos cotidianos aportando más plenitud y conciencia a mi vida.
¡Gracias Maite!